UN CUERPO HABITADO Y CON DESEO

Me encanta sentir mi cuerpo desnudo y recorrerlo delicadamente cada día. Me doy cuenta que me conmueve el roce de mi mano sobre mi vientre extendido y sobre mis senos agrandados por la leche materna. 

Me miro al espejo y reconozco ser un cuerpo cambiante y habitado. Mis manos envueltas en aceite recorren este vientre en gestación y a cada caricia, me provocan un cosquilleo que no había sentido antes. 

Es admirable ver mi cuerpo desnudo y reconocerlo cambiante a cada mes, poco a poco dejan de ser suficientes mis manos para poder envolver todo mi vientre y para poder sostener mis senos

Soy este reflejo, me asombra ver un cuerpo poderoso creando vida y lleno de deseo, siento cómo estas ganas de placer también incrementan con respecto a mi vientre. Hace dos meses dejé de ver mi vulva al agachar mi cabeza, ahora el espejo me muestra mi rincón del placer. 

Recorro las nuevas sensaciones de mi cuerpo junto a LOLA, veo cómo su punta toca mi vulva y la frota con suavidad. Mis senos se han vuelto más sensibles con los meses y me excita tocarlos con mis dedos lubricados. 

Apuesto por tocarme sin pudor, por disfrutar mis sensaciones con gozo y mi cuerpo con nuevos placeres. Me miro y me excita verme gozar, disfrutarme, ¡quiero un orgasmo viendo cómo mi vientre crea vida y mi cuerpo me sostiene! 

Escucho mi cuerpo vibrar por volver a sentir un orgasmos, por volver a disfrutar mi cuerpo con tanto éxtasis, por volver a mi placer.

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