Somos la revolución del placer, del amor propio y el autoerotismo.

Llegó el momento de derribar nuestros prejuicios, desconectarnos en un oasis de satisfacción y resignificar todo eso que llamamos malo, porque nos han hecho creer que el placer es negativo.

Placer es el temblor en las piernas, que no puedas callarte y vueles a otro mundo. Placer es destruir cadenas, derribar barreras y encontrar nuevos caminos; infinitos cuartos llenos de placer. Recámaras en un palacio único al que solo es posible entrar con una llave: la curiosidad.

Llegó la nueva era del placer, la era donde nos dejamos disfrutar, donde re-descubrimos el extraordinario potencial que poseemos para ser felices. La era del conocimiento, de elegir libremente cómo complacernos, conocer nuestros cuerpos, liberarnos y entender que cada uno es un santuario de placer.

Llegó el momento de sentir más y pensar menos.

Llegó el momento de entender que un orgasmo siempre ha sido magia pura, accesible e infinita para todxs.

Llegó el momento de vivir mejor, aceptando mi sexualidad y mi erotismo; silenciando las voces que digan que eso es malo.

Llegó la era de la libertad, de romper las cadenas y la imposición del status quo.

Llegó la hora, es hoy y cualquiera que te diga que el placer es malo es porque no ama la vida.