"YA NO BUSCO UN PRÍNCIPE AZUL"
Desde hace mucho tiempo el príncipe azul pasó a la historia. Lo que hoy queremos es a alguien sencillx, sanx y real.
La idea del príncipe azul siempre fue vendida como la pareja a la que todxs debíamos aspirar; un ser perfecto, que nos salvaría y sería nuestra felicidad. ¡Grandísimo error! ¿En serio dejaríamos algo tan valioso como nuestra vida y felicidad en manos de otra persona que claramente en cualquier momento podría cambiar de opinión?
Entonces, meibis, reflexionemos un poco sobre las expectativas de esta creencia y cómo han cambiado en la actualidad.
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Nada más lejos de la realidad.
Claro que somos conscientes de que pueden existir personas caballerosas, románticas y respetuosas, sin embargo, no existe la perfección y en algún momento los errores estarán presentes.
Al contrario, la pareja que merecemos es alguien que sea capaz de reconocer sus defectos y trabajar en ellos para mejorar. Alguien que muestre su corazón, sus sentimientos y que no sea necesario aparentar para tratar de encajar.
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Como lo mencionamos al principio, ¿por qué dejaríamos nuestra felicidad y bienestar en manos de otra persona? ¿Qué pasará con nosotrxs si un día decide irse?
No necesitamos a alguien que nos rescate porque no somos débiles, al contrario, cada unx de nosotrxs somos suficientemente fuertes para salir adelante y levantarnos de nuestras caídas.
La pareja que merecemos no es un salvador, sino un compañerx de vida para estar juntxs y combatir las pruebas que la vida nos ponga.
Pensar que “así somos y así nos deben aceptar” es un pensamiento muy limitante y egoísta. Sí, es verdad que todos tenemos defectos y errores, sin embargo es nuestro deber trabajar en nuestra mejor opción.
Durante años hemos crecido con la creencia de que es necesario luchar por el amor de alguien, de que el que persevera alcanza, pero no siempre es así.
La persona indicada para nosotrxs no es la que lucha por nuestro amor, si no la que es compatible con nosotrxs y con quien logramos tener una relación sana y plena.
La pareja a la que sí deberíamos aspirar
La persona indicada será aquella que sea real, sensible, que tenga miedos, que tal vez no siempre sea valiente pero que sea capaz de empoderarse, y que cuando estemos juntxs seamos un gran equipo.
Alguien con quien podamos compartir la felicidad, que nos impulse a perseguir nuestros sueños, que nos valore y nos respete. Que nos vea como su igual y no como su sombra.
En la actualidad la sociedad ha cambiado mucho y las mujeres sabemos lo que valemos. No necesitamos un príncipe azul, sino un guerrero.
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