MI PRIMER ORGASMO FUE CON UN ORAL
Leíste bien, mi primer orgasmo fue con sexo oral y me lo dío un hombre cis.
Así es, un hombre hetero cis encontró mi clít.
Un día decidí volver a descargar una app de citas, esa amarilla donde puedes escoger si buscas algo serio o amistad y pones tu signo zodiacal, lo cual me encanta porque hace mi filtro mucho más fácil, me ahorra la pregunta “¿cuándo es tu cumple?”, y entre muchos swipes a la derecha e izquierda hice match con este chico que llamaremos Juan.
Platicamos varios días y eventualmente la invitación a conocernos surgió (en un lugar público, obvia). Juan pasó por mí y fuimos a comer. La plática era muy amena y nada difícil, no había silencios incómodos o miradas de “¿ahora que?”, todo iba de maravilla así que decidimos seguir la plática en mi casa. La cita que comenzó como una comida terminó a la 1:00 am con una sesión intensa de faje. Así fue como conocí a la persona que me regalaría mi primer orgasmo con un oral.
Personalmente, me encanta dar y recibir oral; aunque si les soy honesta en algún punto de mi vida era la práctica que más me incomodaba. Mi mente se volvía loca cuando yo bajaba y preguntas cómo “¿le estará gustando?”, “¿seré buena?”, “¿y si se aburre?” daban vueltas por mi cabeza todo el tiempo. Y cuando mis parejas bajaban, mis pensamientos rondaban en “¿lo estará disfrutando?”, “espero no le duela la mandíbula después”, “seguro me veo horrible desde esa posición”. Y bueno, creo que no he sido la única que le ha pasado alguno de estos pensamientos por la cabeza.
Claro que todo el mundo es diferente. No puedo saber todas las cosas que las personas piensan cuando alguien les está dando un oral, lo que sí sé es que si tu mente no está relajada y presente en el acto, definitivamente no lo vas a disfrutar. Pero bueno, este no es el tema de este talk.
(psst… si quieres saber cómo estar más presente te invito a que leas este talk .
Regresando, mi primer orgasmo.
Cuando se habla de orgasmo, se da por hecho que todxs sabemos de qué hablamos y de cómo se siente, porque así como la revolución sexual nos ha traído tanta liberación del placer también nos abruma de lo que “deberíamos” saber.
Cada que platico que mi primer orgasmo lo tuve el año pasado (6 años después de comenzar mi vida sexual) muchas personas se sorprenden. Concluyen que por mi trabajo y mi “facilidad” de hablar sobre sexualidad soy la reina de los orgasmos y tengo múltiples al día, pero la realidad es otra.
El orgasmo, la petite morte, se construye y dependerá de tu descubrimiento y autoconocimiento de tu placer. En términos más fáciles, si no sabes dónde te gusta tocarte, pues no esperes un mar de orgasmos en una noche; aparte de que cada persona vive los orgasmos de manera y sensaciones completamente distintas.
Mi autoconocimiento no era tan amplio hasta el año pasado, porque la sexualidad no son carreritas ni “quien sabe más”, es un proceso erótico de conocimiento que nadie debe porque apresurarte.
Consejos para lograr un orgasmo
Antes de seguir con mi maravilloso relato, me gustaría compartirles algunos consejos que “supongo” me ayudaron a tener mi primer orgasmo y son parte de mi recorrido de autoconocimiento. Léelos, abrazalos y si lo deseas, practícalos.
- Conocer bien mi cuerpo y como me siento cool.
Básicamente, masturbarme de diferentes maneras y con diferentes estados de ánimo. Un día estresada y con roce, otro día tranquila y en la regadera con un juguete, en pareja y con aceite para masajes… tu inventa tus escenarios de placer.
- Dejar mi mente tranquila y presente.
Siguiendo el paso de arriba, descubrí cuando puedo estar presente y cuando no porque el problema no es si me pongo horny (porque puedo estar caliente estando estresada) si no, en qué estado de ánimo disfruto y estoy presente para sentir ese placer.
- ¡Comunicación!
Cuando de pareja se trata, no hay nada mejor que poner a prueba los dos pasos de arriba. Comunicar cuando quiero, donde quiero y si es que quiero.
- Hablar con mi cuerpo.
Deja que tu cuerpo se convierta en agua (sí, qué romántico). No limites a tu cuerpo de moverse (solx o acompañadx). Deja que tus músculos tomen el ritmo de la situación.
- Respirar, La base del Tantra.
No te agites (como el porno que todo es coger como máquina y puro respirar como perro que se ahoga con la correa). Un ejercicio básico es que simules la respiración de 5 segundos al inhalar y 5 segundos de exhalación mientras te tocas. Respira lentamente y consciente.
- Ejercicios de Kegel…
Y bueno, que les puedo decir de los beneficios. Mejora la lubricación y te da control de tus orgasmos. (Lee más aquí)
- Dejar de buscar el orgasmo y solo fluir, tener tu mente presente y consciente.
El día que tuve mi primer orgasmo…
Esperaba una noche caliente, tranquila y usual. Cita en mi casa a las 11:00 de la noche. Comenzó con un faje -muy intenso- en mi habitación, manos por aquí y por allá. La calentura subía de tono y los dos sabíamos que era momento de quitarnos la ropa y seguir el foreplay en la cama (mi parte favorita la verdad, me encanta la sensación de euforia de los cuerpos desnudos).
Después de varios roces y besos eróticos, Juan bajó. Todo se sentía conocido, nada que no había experimentado antes hasta que comencé a sentir mis dedos del pie lentamente como se acalambraban. “¿Qué vrga está pasando?” era lo único que pensaba. La sensación de los dedos del pie comenzó a subir por mis piernas y solo temblaba. Siguió recorriendo hasta llegar a mi cuello y mandíbula, “Dios santo, mi cara se está acalambrando. Me he de ver horrible jajajaja” pensaba una y otra vez.
“¡Concéntrate Jimena!” me regañé y me relajé. Juan seguía haciendo lo suyo, mis oídos se taparon como cuando te vas a desmayar y todo suena como eco. Toda mi piel se erizó, fue ahí cuando pensé “¿Está sucediendo? ¡OMG, ESTO ESTÁ PASANDO!”.
Dejé mi cuerpo sentir todo lo que estaba sintiendo, sin límites y lo sentí… tuve un orgasmo. Mi primer orgasmo, con un oral. Mi cuerpo se sentía distinto, mi boca tensa pero al mismo tiempo relajada, mis pies y mis piernas eran de hule. Jamás me había sentido tan relajada y tan feliz.
Terminé con un “Gracias” dando un apretón de manos, porque Educación Sexual también es agradecer cuando alguien te hace venir.
Clásico Conejo