UNA CARICIA A OSCURAS

Encuentro una caricia de una mano sutil, suave sobre la mía, una que me invita a bailar dentro de un mar de pequeño caos de sonido y luces de colores intermitentes. Lo que era un mar de estruendos a ritmos distintos se vuelve en calma sensual y seductora. 

Mi cuerpo siente las ganas incontenibles de volcarme sobre ti. Arrojarme a tu labios y seducirlos de a poco; a pesar de esta tensión sexual, me contengo un poco más. Satisfago mis ganas de placer, con una pequeña y dulce caricia en la mano. 

Me siento como una adolescente contigo, vuelvo a sentir las ganas de coquetear y ser traviesa con mis manos y mis labios. Desde que te vi llegar oculté mis ganas de abrazarte tan profundamente en un beso gentil y cortés. Entérate, cariño, ¡eres muy hot!

Posees un cuerpo ideal, te miro y te miro sin mirarte totalmente; te pierdo entre la oscuridad y multitud de cuerpos bailando. En un instante estás a mi lado, tan único entre todos los demás. En pequeños pasos, nos vamos acercando, nuestros rostros se cruzan sin querer y con intención de sentirse. 

Nuestros labios se juntan de a poco y con deseo, nuestras manos se entrelazan de a poco y con deseo, nuestros cuerpos se acercan de a poco y con mucho más deseo. Siento cómo mis senos quedan apretados por tu abdomen y tu pene roza con mi pierna. 

En un momento la música es insonora, los pequeños destellos de luminiscencia son opacos y nosotros existimos solo para besarnos, tocarnos, acariciarnos y desear algo más. Sabemos que esta tensión sexual se soluciona en la cama, con nuestros cuerpos desnudos y dispuestos a gozar. 

Nos sonreímos, me aprietas la nalga y presionó tu pene. Prendes mi vulva a cada instante, siento el intenso deseo de coger contigo, de sentir todo tu cuerpo desnudo, de chupar tus testículos, pasar por ellos a RINGO y mientras lo hago, me regales esta sonrisa. 

Te beso por última vez y me derrito de ansías por quedarme enganchada a ellos. Cierro los ojos y me acerco a tu boca para seducirla; percibo cómo poco a poco cruzamos nuestros labios; noto cómo nuestras lenguas se conocen; y me doy cuenta que no deseo que sea el último. 

Guapo, lamento dejarnos con las ganas de un beso más. Abro los ojos para mirarte, para recordar este momento para mañana, para pasado mañana y para la próxima vez que te vuelva a ver.

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