UNA LLAMADA INDECOROSA
¡Qué sexy te adorna el encaje en tu cuerpo! A la vista y al tacto tu cuerpo es increíble. Me parece encantador verte recostada en la cama con ese brasier transparente, con ese ligero enmarcando tus caderas y con esa tanga que me deja ver tus labios húmedos.
Creo que no te había contado lo erótica que eres con encajes y telas transparentes sobre tus senos y adorando tu vulva. Me encanta acariciarte mientras tú lencería te adorna, mi vulva se va mojando poco a poco mientras te voy recorriendo, ¡eres demasiado sexy!
Permíteme ayudarte a retirar con pausa tu lencería, déjame ver poco a coco cómo se desnuda tu piel morena, me sonríes coqueta y te sonrió de vuelta. Me acercas más, tus labios rozan con los míos, tus senos se presionan con los míos y mi vagina se moja, siento cómo tus manos bajan con ganas de comerme.
Me pides abrir mis piernas para darle paso a tus manos que van a juguetear con mi clítoris y van seduciendo mi vagina húmeda. Las yemas de tus dedos acarician la entrada de mi vagina, de a poco van endulzando cada rincón que te desean. Me declaro fanática de tu habilidad romántica de seducir y disfrutar mi vulva.
En un silencio largo, nos miramos fijamente, te pido no contestes el teléfono y me miras traviesa, mientras tus dedos tienen una fiesta en tu vulva, tu otra mano le contesta a tu madre. ¡Eres loca! Mi cuerpo no sabe qué sentir, pero no dejas de tocarme y la adrenalina conquista mi ser.
Quiero gemir del placer, quiero estallar y besarte ahora, ¡justo ahora que le cuentas a tu mamá cómo fue tu día! Te odio y te amo, te deseo y me enloqueces, ¡increíble eres! Caliente me pones, excitada me mantienes y deseosa de terminar me tienes.
No le veo el fin a la llamada con tu madre, le das mis saludos y te despides de ella. Me sonríes luego de tu travesura y te vuelcas a mí, tus dedos me penetran y tus labios me endulzan. Me sujetas y me masturbas como nunca antes lo habías hecho, me haces gemir, gritar, me haces estallar en mil formas.
Cierro tanto los ojos que veo imágenes distorsionadas, el placer inunda mi cerebro con flores, mar, colores y formas de otro mundo. Me haces alucinar, cariño. Me haces estremecer entre una llamada indecorosa.