UN RECUERDO MOJADO

Los rayos del sol matutino inundan mi cama, las sábanas crean una marea blanca sobre mí, percibo mis piernas desnudas rozando con el edredón, así como mis pezones también lo hacen. Vuelvo a cerrar mis ojos y la veo sobre mí. 

Veo cómo sus senos se presionan con los suyos, cómo su cara se va llenando de sudor mientras se mueve sobre mis piernas… 

Deseo vivir en este recuerdo por más tiempo, hacer una pausa larga en mi vida para mantener ese momento en bucle. Poder abrir los ojos sin que ella desaparezca, para volverla a tocar, a besar, a abrazar. 

Abro los ojos y me veo envuelta en éxtasis, en un deseo voraz de su compañía, de su piel y su aroma. Mis manos evocan las suyas, recorren mi cuerpo matutino con ternura, con la sutileza de su mano pequeña y suave, como la de una musa. 

Hallo placer ante la sutileza de mi tu recuerdo, emulo tus caricias con PI, con las vibraciones añoro tus dedos, tu lengua y tus movimientos. Me vuelco en explorar todo el placer de mis pezones, recuerdo tu boca en ellos y me moja más la imagen de ti succionándolos, de ti mirándome mientras lo haces.

Mis sábanas se configuran en mi silueta, mi cuerpo siente el calor matutino, el calor del éxtasis de tu recuerdo. Vuelvo a cerrar los ojos y deseo terminar con tu cuerpo empapado de sudor, de mi jadeando por llegar a tu orgasmo, de tu rostro gritando placer y de tu cuerpo siendo majestuoso. 

Siento cómo el sol me calienta las piernas, cómo mi rostro brilla por el sudor, cómo mi ojos aprietan tu recuerdo hasta mi orgasmo. Nos veo mirándonos a los ojos y sonriendo por el clímax compartido por el placer mutuo y el despertar acompañado.

Vuelvo a mi cama y me siento ansiosa de volver a verte sin cerrar los ojos, DALIA

 

Por Bea.

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