Una sábana blanca enmarca tu cuerpo, se acopla a tus curvas y al serpentino cuerpo que tienes, y te veo como la combinación ideal para ser una escultura de marfil. Me deslumbra la belleza que irradias desde tus sueños.

Parada desde el filo de tu lecho, sólo asoman tus finos hombros, tu cabello chino revuelto, formando miles de ondas que me incitan a tocarlo y acariciarlo tierna y delicadamente hasta recibir tu primera mirada del día. 

Mis manos envuelven tu rostro, me dedicas tu primer sonrisa del día, mientras nuestras piernas se entrelazan pausadamente y siento cómo nuestras pieles vuelven a reconocerse. Eres tan suave, SOFI.

Mis dedos cálidos descubren la vocación de ir recorriendo cada trozo de tu piel hasta desnudarte, siento cómo poco a poco mi cuerpo envuelve el tuyo y te arropa, me convierto en tu sábana, cariño.

Siente cómo tu cuerpo reacciona a cada sensación nueva que van descubriendo mis manos, déjate llevar por el placer que te provocan mis labios en tu nuca, en tus hombros, en tus oídos, sólo permíteme complacer tu deseo matutino de pasión.

Mis labios en tu cuello van erizando toda tu piel del torso, mi lengua va resaltando en ti la belleza incontenible que tienes y me dedico a contemplar el éxtasis de todo tu cuerpo. Tus pezones me elevan para proclamar que los bese y tu ombligo se muestra para exigir que lo devore. 

Tu vulva se envuelve en fluidos, tus manos te sujetan para no estallar, tus labios se contienen el gemido de placer, tus ojos evitan despertar del sueño húmedo que estás teniendo. 

¿Te gusta cómo mis labios se mezclan con los tuyos? ¿Sientes cómo nuestras lenguas juegan a conocerse? Tu sonrisa sobre mi boca me enciende, me invita a excitarme más, me surgen las ganas de comerte toda en este instante y no esperar al almuerzo.

Voy a devorar todo tu ser dulce y cálido. Me tomaré mi tiempo para deleitarte, entender cada pliegue de tu cuerpo y darle forma a mano alzada. Mírate cómo gozas con cada caricia matutina que te dedico.