Un junta húmeda
Qué adrenalina sentir cómo roza tu mano por mi pierna mientras atendemos con pseudo atención e importancia la junta matutina, la jefa no sabe que mi entrepierna húmeda ansia que termine de explicar cómo vamos a ejecutar la próxima campaña, cómo tienen que subir las ventas y cómooo vamos a comunicaar el mensajeee.
Creo que nadie se ha dado cuenta que nos desaparecemos luego de la comida y nos vamos a la bodega para chupártela a gusto, esa dispositiva de metas y objetivos que la jefa explica sólo me recuerda cómo metí mi lengua por tu ano y jugué un poco a penetrarlo.
Poco a poco siento más y más húmeda mi vulva, cada recuerdo que inunda mi cabeza me enciende más y aumenta mi temperatura. Tengo ganas de cogernos en este instante, sobre esta mesa y en esta silla; mi mente está vuelta loca por el deseo intenso de tocar tu piel desnuda y hundirnos en un beso de aislamiento y éxtasis.
Te vuelvo a ver y me doy cuenta que estoy más excitada con la idea de salir de aquí y refugiarnos en el baño, en la bodega o en el estacionamiento. Mi mente vuela a posiciones divertidas, excitantes, tradicionales y me quedó en la imaginación de tener el mejor sexo de mi vida contigo.
"¿Quedó todo entendido?", fue lo que escuché luego de salir de mi pequeño sueño húmedo imaginario. Y como los buenos trabajadores que somos, asentimos con la cabeza y con plena certeza de que nadie se dio cuenta de lo que pasó, e inmediatamente salimos de la sala rumbo a los baños para hacer los sueños realidad.
Por Bea