¡Mira a la cámara, cariño!

Mis sábanas son testigo y prueba fiel de cuánto me haces sentir y mojar, de lo mucho que te extraño a la distancia desde que te fuiste. Cariño, eres mi pensamiento más recurrente en días calientes, en noches embriagantes y mañanas frías. 

Mis ganas de que mi pene te dé placer y de sentir tu pene en mi trasero se apaciguan por momentos, calmo esta lujuria al mirar tu rostro en mi pantalla, al ver cómo te masturbas, al ver cómo te tocas y cómo me seduces sin tocarme. 

-Mira a la cámara, cariño. Deja que te vea bien, deja que pueda observar todo tu cuerpo desnudo y cada movimiento de tu mano para seguirla, para imaginar que es mi mano la que te toca y que mi boca se llena con tu pene…

-Deseo que sea tu mano la recorre mi abdomen, que sea tu boca la que besa mi cuello. 

Estas ganas de traspasar la pantalla me invaden, comienzo a sentir cómo las ganas de que me cojas llenan mi cuerpo, de sentir cómo mi ano dilata hasta tener tu pene dentro. 

-¡Cógeme! 

-¡Quiero que me penetres así! Cariño, observa cómo DANTE abre mi ano, cómo sus vibraciones me hacen lubricar y cómo me ponen más caliente. 

Escucho tus gemidos y tus manos lubricadas subir y bajar por tu pene. Te veo con las mismas ganas de tenernos aquí y ahora. 

-¡Muéstrame tu pene erecto, tu pene lleno de lubricante, tu pene ansioso de eyacular!

Qué belleza ver cómo tu semen baja por tu glande, recorre todo el tronco de tu pene y llega hasta tus manos que aún suben y bajan más despacio. Me encanta verte eyacular, me encanta ver tu rostro extasiado, tu cuerpo contorsionado y tu pene rígido.

-¡Adoro ver cómo te vienes!

Imagino que te vienes en mi ano, que me llenas las nalgas de blanco, que me empujas más a tu cuerpo por el éxtasis y que me besas para continuar más.

-Ahora mira cómo te haré venir otra vez… 


Por Bea

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