MASAJE CON FINAL ORGÁSMICO
¿Me acaricias?, me preguntaste. Vi cómo te despojaste de tu camisa, de tu pantalón que rodó al suelo y de tu boxer que quedó debajo de ti. ¡Qué sexy verte desnudo y dispuesto a gozar de un masaje apacible, sensual y mojado!
Las gotas de LUB que caen por tu piel me provocan el deseo de juntar nuestros cuerpos y sentir tu piel tocar la mía… Mi vulva comienza a sentir el deseo de ti, de tu cuerpo palpable y manejable, me siento de lo más excitada con ver cómo mis manos aprietan, acarician, pellizcan y moldean tu sensual espalda.
Mis dedos se hunden en tus músculos, las yemas de mis dedos presionan con deseo tu fina piel. Conforme mis manos avanzan por tu cuerpo voy recordando lo que sentí al tocarte por primera vez, esas emociones contenidas en mi estómago, en mi pecho y en mi vulva.
¿Lo recuerdas? Tu sonrisa me contesta que sí sabes de lo que hablo y para recordártelo mejor me subo en ti. Siente cómo mi clítoris roza con tus nalgas, cómo si me acuesto sobre ti, mis senos se presionan con tu espalda firme y amplia.
Sé que te gusta sentir mis senos en tu espalda, mi vulva en tus nalgas y mis manos sobre tu cuerpo. ¡Qué rico es excitarte! Me siento traviesa al ver cómo tu piel cambia de color al pasar con presión mis uñas, me siento una romántica al apenas acariciar tu columna y ver cómo tu piel se eriza, me siento de lo más excitada al apretar tu carne y decirte al oído que deseo tu pene.
Y ni se diga cuando masajeo tu pene, presionar mis dedos por cada vena de tu pene erecto es una delicia, detenerme en tu glande y darle movimiento a tu prepucio es lo más delicioso. ¿No te parece?
Siento cómo mi vulva se humedece. ¿Te parece si tu pene me ayuda a masajear mi vulva? Cariño, siente cómo tu glande va rozando mi clítoris, lo va erectando y cómo se hunde entre mis labios húmedos. ¡Qué húmedo se siente, guapo!
¡Qué abrumador es verte! Tu rostro aguantando tu eyaculación, tus labios sujetando tus gemidos y tu abdomen rígido para no doblarte del placer. Todos tus músculos juegan a sostenerte, mientras tu semen corre.
¡Mírame! ¡Bésame que tengo un orgasmo! Siente cómo mi clítoris se erecta, cómo mis pezones se ponen rígidos y cómo mi aliento se vuelve inexistente. Percibe el olor de mi sudor por ti, por este momento.
¡Uf! ¡Qué rico es tenerte cerca! Siento tu semen correr por toda mi vulva, inundar mis labios y mi clítoris, correr por mis manos y en mis piernas. Mira cómo mi cuerpo se llena de tu semen blanco y dulce.
Deja que te dé el último masaje de este día, detente a percibir las sensaciones de tu pene después de eyacular, mira cómo te vuelves más sensible, sólo déjate llevar por este final feliz.