La coreografía del orgasmo

¡Qué guapa eres! ¿No te han dicho antes lo seductor que es verte bailar? Verte mover con tremenda libertad tus marcadas caderas, tus largas y tonificadas piernas desde la pantorrilla hasta los muslos, es una verdadero espectáculo mortal. Hay de dos: me muero o me enamoro. 


Pido que la segunda opción no ocurra, porque para vivir en una agonía eterna no estoy lista. ¿Pero sabes para qué sí estoy lista? Para verte después del ensayo, bañarnos juntas en las regaderas, desnudarnos juntas en los vestidores y esperar a que todas se vayan y besarnos juntas alocadamente.

Estoy muy lista para sentir cómo mis dedos recorren esas piernas que hace un instante las vi saltar, las vi seducir y enamorar a los espectadores. Estás muy lista para meter tus manos debajo de mi pantalón y tomarme por las nalgas para acercarme a ti. Estamos muuuy listas para dejarnos llevar por la adrenalina del lugar y por el roce de nuestros senos. 


La primera vez que te vi bailar fue el sueño más real que he tenido, mis ojos, mis brazos y mi mente te deseaban. Recuerdo estudiar cada día todos los rincones de tu cuerpo  imperfecto. Ver cómo se marcaban tus omoplatos, tus pantorrillas, glúteos y cada pequeño músculo, pensar en tocarlos era la fantasía más cercana que podía tener luego de que me dirigiste la mirada.    


Ahora puedo tener tu mirada fija en mis senos, cosa que me enloquece, ver cómo me miras y rozas con AMY mis pezones es la fantasía más inaudita que he tenido. Porque siento el deseo de cada músculo de tu cuerpo por tenerme, por sentirme estremecida por tus besos, tus caricias, tus movimientos y por las vibraciones


Nunca dejaría de tocarte, si eso fuera posible; porque con sólo recorrer toda tu excepcional piel es suficiente para llegar al éxtasis de la vida. No entiendo y no quiero intentar entender cómo es que mis labios, mis manos, mis ojos, mi vulva se avivan con el mínimo roce durante los ensayos. 


Imagina entonces, lo que ahora siento cuando me tocas consciente y apasionadamente. Sentir cómo me volteas y tus senos se aprietan con mi espalda, escuchar tus besos en el cuello, percibir las suaves vibraciones de Amy en mi labios… Desearía que tú no pararas de tocarme, porque me siento estallar. 


Toda mi piel se estremece, mis vellos se encienden, mis piernas se tensan, mis pezones se erectan, mi rostro se desfigura y mis manos pierden el control. Mi cuerpo vive la mejor coreografía que jamás había experimentado. 


Escuchamos música de fondo y nos sonreímos, porque volveremos a bailar, pero ahora con la orquesta filarmónica en vivo, ¡qué belleza son las artes!



Por Bea

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