El mar Caribe de testigo
Nunca imaginé estar frente a este mar tan claro y tan apacible, esta arena suave, fina y alba contigo. Delante de este mar caribe, siento tu piel más cálida de lo normal, más sensible y más radiante; mi mente estalla al verte combinar con el paisaje natural, la playa reluce más con tu torso definido, desnudo…
Mis ojos se llenan de pasión al verte caminar y ver cómo se rompen las olas a tus pies, me excita ver tus piernas morenas y definidas. Me siento afortunada de saber que esas manos que sostienen las mías también recorren y disfrutan de mi cuerpo.
Que el atardecer de Mahahual sea el testigo de mi pasión desbordada por tu acariciable, seductor y sensual cuerpo por el que estoy loca. Que este beso ardiente sea el inicio de la noche ferviente que deseo comience ya…
Que tus manos no paren ni un segundo de tocarme, de acariciarme y de estrujarme, ante un cielo estrellado y el reflejo de la luna sobre el mar salvaje, pido el deseo de que me cojas aquí y ahora, sin escrúpulos y sin pudor.
Ante la noche tropical, tu cuerpo y sus movimientos en conjunto con tus caricias, tus manos sobre mis senos, tu boca sobre mi cuello, tu pene dentro de mi vagina y ELA frotando mi clítoris, me provocan mi primer multiorgasmo.
Esa sensación de sentir que se toca el paraíso varias veces en un momento finito, en un instante que se acompaña del sonido del mar, de las caricias de la arena entre los dedos de los pies y del abrigo de la calidez de tu cuerpo por mi espalda…
¡Qué fantasía es esta! Me siento en el sueño húmedo más fantástico que he tenido. ¡La vida en el mar sí es más sabrosa!
Por Bea