¡DESCUBRE TU IQ SEXUAL!

¿La Inteligencia Sexual existe? Sí. ¿Y qué es? 

Este concepto lo propusieron dos psicólogos estadounidenses, Sheree Conrad y Michael Milburn de la Universidad de Massachusetts en el año 2002 y, de acuerdo con ellos, la “inteligencia sexual” se trata de esta capacidad de reconocer y aceptar la verdad acerca de qué acciones tomamos tanto individualmente como en pareja, para sentir satisfacción como seres sexuales. Dicha capacidad puede ser excelente, mediocre o pobre dependiendo de las destrezas desarrolladas en tres áreas:

  • La calidad de los conocimientos sexuales.
  • La habilidad para ponerlos en práctica.
  • El nivel de consciencia del “Yo sexual” que puede definirse como este patrón de los deseos, necesidades, preferencias, temores, incluso traumas, que guían la conducta sexual individual, así como a la apertura y asertividad para hablar de lo que sentimos respecto a la sexualidad con la pareja y lxs demás. ¡Está chido! ¿No?
que es la inteligencia sexual

Entonces, ¿en qué podemos aplicar la inteligencia sexual o qué importancia tiene desarrollarla?

Como bien sabes, estamos rodeadxs de mucha información alrededor de la sexualidad humana, tener desarrollado un buen nivel de inteligencia sexual nos permite discriminar aquella información que es cierta, de la que no… Podemos también tomar decisiones adecuadas con base a fuentes fidedignas y no nos dejamos llevar como “borregxs”, ni creemos cualquier cosa que se nos dice en “automático”. Aquí cuestionamos, pero lo hacemos de manera consciente y en pro de mantener una vida sexual plena y satisfactoria.

  • Ser inteligentes sexualmente nos hará ser más responsables de nosotrxs mismxs, de “autocuidarnos”, nos llevará a mantenernos informadxs sobre salud sexual y todo lo que esta incluye, como, por ejemplo:
    • Conocer los distintos métodos anticonceptivos y de barrera.
    • Hacernos periódicamente pruebas de infecciones de transmisión sexual para revisar que “todo esté en orden”.
    • Tener conciencia sobre nuestro derecho a sentir placer.
    • Ejercer en todo momento el consentimiento sexual, etcétera.
  • Por otra parte, la inteligencia sexual promueve que trabajemos en el autoconocimiento y, hacerlo tanto a nivel físico como emocional. Nos lleva a:
    • Contactar con nuestras emociones, entenderlas, validarlas y aceptarlas.
    • Conocer y reconocer respetuosamente nuestro cuerpo, porque ¡qué importante entender cuáles son sus reacciones ante los distintos estímulos! 
    • Conectar con las sensaciones que nos ofrece.
    • Probar tocarnos de distintas formas.
    • Observar lo que somos y cómo somos, pero, desde una mirada realista y amorosa.
  • Además, ser sexualmente inteligente nos ayudará a ensalzar la propia sexualidad en lugar de vivirla o sentirla desde un lugar culposo o vergonzoso. Es por ello, que es tan valioso poner atención y reflexionar si estamos a gusto con la forma en que la estamos viviendo e identificar dónde están nuestras áreas de oportunidad y crecimiento. Porque, en una de esas, la educación sexual que recibimos en la niñez y adolescencia fue inadecuada y eso, tal vez nos esté llevando a actuar de forma irresponsable, o bien, a no gozar, a tener bloqueos que limitan nuestro placer, a no apreciar nuestra corporalidad, a tener prejuicios, etcétera.
  • Asimismo, la inteligencia sexual promueve el buen juicio en las relaciones erótico-afectivas, dado que, al estar en contacto con nosotrxs mismxs, con nuestro erotismo y emociones, nuestra capacidad para vincularnos se vuelve más sana, responsable y madura, lo que nos lleva a disfrutar plenamente. Por ende, esta actitud positiva que mostramos contribuirá a que nuestra pareja se sienta más cómoda y con la confianza suficiente para llevar a la práctica afectos respetuosos, sanos y con apertura a la comunicación. Porque oigan, ¡la comunicación con la pareja es elemental para llegar al placer!
comunicacion en pareja

Ejercicios para desarrollar la Inteligencia Sexual

Como podemos ver, la inteligencia sexual puede aplicarse en prácticamente ¡todo! Así que, a ponernos las pilas y a empezar a trabajar en ella para hacerla subir de nivel y, por eso, aquí algunos consejos para lograrlo:

  • Intentemos reconciliarnos con nosotrxs mismxs, con nuestro cuerpo y comencemos a apreciarlo tal como es. Al final, nuestro cuerpo es el vehículo que nos permite movernos por el mundo, alcanzar nuestras metas y, por supuesto, sentir… ¿Por qué no vernos al espejo así, completamente al desnudo? Observar detenidamente cada lunar, las texturas de nuestra piel, las tonalidades y cómo se va erizando poco a poco según la vamos tocando. Acompañemos esta sesión de autoconocimiento frente al espejo con: 
    • Un lugar cómodo y seguro donde no haya posibilidad a interrupciones.
    • Una buena lista de música (canciones que inspiren).
    • Aceite de masaje corporal (para hacer el roce de las yemas de los dedos con la piel, aún más fluido y delicioso).
    • Lubricante a base de agua (para explorar las zonas íntimas con total confianza, suavidad y disfrutar al máximo).
    • Un vibrador o masajeador (para experimentar con otras sensaciones y ritmos).

Con todo esto, sólo queda dejarnos llevar y hacer un esfuerzo consciente por reconocer todo lo que se siente, entender esos “botones” que nos excitan, que nos “ponen en marcha” y que nos acercan tanto al goce y a los orgasmos. Saborear a nuestro propio cuerpo nos acerca a este derecho que tenemos a sentir placer… Y, a su vez, nos ayuda a apreciar las capacidades que tiene, a reconocer las emociones que van surgiendo y a amarnos más…

inteligencia sexual

  • Tengamos muy presentes nuestros límites, ¡a respetarnos! A ver, la forma en la que vivimos nuestra sexualidad y placer es PERSONAL, PARTICULAR, ÚNICA, por lo tanto, tener conciencia de lo que no estamos dispuestxs a hacer (porque no estamos obligadxs a que todo nos guste) y, pedir claramente que esas fronteras no se sobrepasen ¡es básico! Negociar qué sí y qué no al tener prácticas sexuales compartidas nos hará sentir seguridad, evitará que nos enfrentemos a miedos y preocupaciones. 
Por lo tanto, respetar nuestras formas y deseos también facilitará que disfrutemos con plenitud y tendremos la capacidad de vincularnos erótica-afectivamente con total libertad. 
    Aprovechemos esos momentos de autoreconocimiento y autoerotismo para definir también lo que no nos gusta… Hay sensaciones que nos pueden parecer demasiado intensas o, al contrario, que no nos provocan mucho, así que, ¡a prestar atención e identificarlas! 
    • ¡Hay que pedir lo que necesitamos! Nos han enseñado a esperar a que otrxs entiendan el mapa de nuestro cuerpo, pero, francamente, esperar que otra persona sepa lo que nosotrxs queremos en el momento que lo deseamos y necesitamos, es caer en la trampa de las expectativas y, lo más seguro es que terminemos frustradxs. Las personas que tienen desarrollada una elevada inteligencia sexual ¡saben pedir lo que les gusta! 

    ¿Cómo empezar? Todo puede iniciar con besos y caricias con nuestra pareja. Una vez ahí, probemos con decir qué queremos, ¡sí! Literalmente ir dirigiendo la situación: “me encanta cuando acaricias mi espalda con la yema de los dedos, ¡hazlo por favor!”; “pasa tu lengua sobre mis clavículas como si las dibujaras”; “ponte un poco de lubricante en los dedos y dale un masaje suavecito a mi vulva”; “me gusta cuando tocas mis testículos mientras me haces sexo oral despacito” y etcétera… ¡Nada de sentir vergüenza! Estás compartiendo un momento íntimo y lleno de energía con alguien más, ¡ten confianza!

    Además, hacer esto, es súper sensual, nutrirá la confianza de ambas partes involucradas en la práctica sexual, hará más sencillo “dar en el clavo” para sentir placer. Por lo tanto, empecemos a expresar lo que deseamos, a gemir, a deslizar las manos de la otra persona en ese lugar donde queremos la estimulación… 

    Obviamente todo esto con pleno consentimiento, a ese, jamás debemos dejarlo de lado… Pero volviendo al punto, “al que no habla, Dios no lo oye”, así que, ¡hablemos sin vergüenzas ni miedos! ¡Empecemos a responsabilizarnos de nuestro propio placer!

    • Tenemos boca y oídos, ¡hablemos y escuchemos! Empecemos a comunicarnos de forma asertiva con nuestras parejas sexuales. Debemos promover conversaciones donde se hable de sexo, de las fantasías de ambxs, de la frecuencia en la que cada unx desea éste tipo de interacción, de las creencias, en fin, de todo. Tenemos que hablar y también que escuchar las necesidades, los límites, los deseos de la otra persona. Estas pláticas deben llevarse a cabo con calma, poniendo total atención, desde un ambiente impregnado de empatía.
    Es importante tomar en cuenta al otrx y ser tomadx en cuenta multiplicará las posibilidades de placer mutuo. Podemos iniciar conversaciones de forma casual, al estar viendo una serie, una película, mientras desayunamos… En fin, normalizar estas pláticas en pareja creará confianza, intimidad y complicidad… 
      • ¡Hagamos cosas nuevas! La sexualidad no es estática, cambia constantemente según vamos viviendo experiencias nuevas, según nos vamos conociendo y evolucionando. Para elevar esa inteligencia sexual, también hay que atreverse a experimentar, ¡cambiemos de postura, de ambiente, de lugar! A ver, no se trata de pasar de cero a cien necesariamente, sino de ir probando poco a poco con algo diferente y disfrutar de ese proceso. ¡Evitemos estancarnos en lo de siempre! ¡Sexvolucionemos!
      inteligencia sexual en la pareja
      • ¡Practiquemos sexo seguro! Cuando tenemos prácticas sexuales donde sabemos que no estamos en riesgo, nos despreocupamos y volcamos todas nuestras energías en sentir rico… Así que, ¡tomemos responsabilidad! Algunas ideas serían:
        • Usar condón y barreras bucales de forma correcta.
        • No esperar a que la otra persona saque el condón y el lubricante ¡llevemos los nuestros!
        • Estar al pendiente de nuestro cuerpo y si presenta algún signo o cambio, hay que atender esto con un especialista lo antes posible.
        • Hagamos nuestros monitoreos y pruebas de infecciones de transmisión sexual de forma periódica (mejor prevenir que luego andar preocupadxs ¿no?)
        • A planear nuestra vida reproductiva como mejor nos convenga, cada unx decide en qué momento y si desea tener hijxs, por lo tanto, habrá que utilizar el método anticonceptivo más adecuado a nuestras necesidades y forma de vida.
      • ¡Busquemos información! Sí, ¡leer evitará que tomemos malas decisiones y alejará nuestros miedos! Así que, nos viene bien buscar lecturas, artículos, blogs, páginas educativas, talleres y otros medios para mantenernos al día sobre métodos anticonceptivos y de barrera, sobre otras formas para facilitar la llegada del placer sexual, sobre juguetes sexuales, consentimiento, mitos, creencias, en fin… Sólo hay que asegurarnos que, esto que leamos y veamos venga de fuentes fiables… También podemos comentar nuestras dudas a expertxs en salud sexual, seguramente nos orientarán de forma adecuada y estaremos más preparadxs para seguir avanzando hacia nuestra plenitud sexual.  

      Sí, es cierto que para tener un buen nivel de inteligencia sexual hay que llevar a cabo todo un proceso y ¡está bien! Los cambios no se hacen de un día para otro, el caso es ¡empezar! Así que, vayamos despacito disfrutando de esta transformación y nunca dejemos de construirnos, deconstruirnos y reconstruirnos, pues ahí está la clave para lograr un continuo crecimiento y llegar a una verdadera ¡SEXVOLUCIÓN! 

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