Tal vez está de más decirlo, pero es evidente que cuando decidimos relacionarnos sentimentalmente con otra persona “ya no soy solo yo”, sino que lo que la otra persona siente, piensa y hace también importa y afecta, así como al contrario.

Dicen por ahí que relacionarnos con alguien más implica ceder y priorizar. Por mucho que los miembros de una pareja provengan de contextos parecidos o sean muy similares o complementarios, es prácticamente imposible que dos personas piensen, sientan o necesiten exactamente lo mismo en el mismo momento, así que las opiniones encontradas van a ser inevitables, y es en este punto que la capacidad para llegar a acuerdos y resolver diferencias tendrá lugar.

Es muy importante subrayar en rojo y con letras grandes, meibi, que negociar NO significa convencer a otra persona a que haga lo que queremos, pero tampoco significa que ignoremos lo que queremos y necesitamos para darle por su lado, sino que se trata de encontrar puntos medios en los que ambos se sientan cómodxs, y que de esa forma sepan cómo resolver el conflicto si vuelve a ocurrir. 

Seguro dirás: “sí, sí… entiendo el punto, pero ¿qué debo hacer para negociar efectivamente con mi pareja?” Bueno, no comas ansias, aquí la respuesta:

El primer paso: Reconocer

Reconocer la existencia del conflicto será lo primero para hacer. Pero tranqui. Hay que quitarle esa connotación negativa de pensarlo como una batalla para ver quién tiene razón. Recuerda que son ustedes contra el conflicto, ambxs con el mismo objetivo.

Entonces, lo principal será meditar cuál es la situación, cómo te sientes, además de tener muy claro lo que deseas conseguir, siempre con flexibilidad y disposición para ceder también en algunas cosas y buscar el momento en el que ambxs estén tranquilos y con buena predisposición para conversar y escuchar al otrx. Ojo: conversar no es igual a discutir.

El segundo paso: Negociación

Sabemos que una conversación sobre algo que nos genera malestar puede ser incómodo, pero recuerda: ”El problema no son las parejas que discuten, sino las parejas que no resuelven”.

Guía para establecer acuerdos en pareja

A continuación, te dejamos unos consejos que podrían serte de ayuda a la hora de llegar a acuerdos con tu pareja:

• La comunicación es primordial para establecer acuerdos

Tener en cuenta que decir explícitamente las cosas que nos gustan o agradecemos de nuestra pareja, así como lo que no y pedir asertivamente lo que necesitamos, traerá mil veces mejores resultados que simplemente quedarnos esperando a que nos lean la mente mientras vamos acumulando más y más malestar. Así como también considerar qué es lo que estamos hablando en ese momento y evitar sacar un listado de otras situaciones o conflictos, serán vitales a la hora de negociar. Acá un poco más de información sobre la importancia de la comunicación.

• Dar el tiempo necesario

Hacer un acuerdo en pareja no es lo mismo que hacer un listado de tareas para el día. Estamos hablando de un pilar muy importante sobre el cual se sostendrá la relación. Por ello es indispensable destinar un tiempo para sentarse a hablar, teniendo siempre en cuenta que será un ida y vuelta de ideas, lo que implica que necesitaremos destinar tiempo tanto a hablar como a escuchar. Hay que tener en cuenta que es un tiempo que decidimos dedicarle a la relación con el fin de que continúe, y que lo haga de forma sana.

• ¿Ganar o ser feliz?

Muchas veces nos preocupa más estar en lo correcto que arreglar el problema. Así que si quieres negociar bien, necesitas decidir ser feliz con tu pareja en lugar de ganar, ya que cuando se negocia bien lxs dos ganan, no solo tú.

• Decir “yo” en vez de “tú” 

Aunque no lo creas, funciona y evita que la gente se ponga a la defensiva. Decir: “No te ocupas de nada, así que otra vez tuve que lavar los platos”, suena acusador. En cambio: “Siento que debo hacer demasiadas cosas en la casa, incluyendo lavar los platos; ¿qué opinas de eso?”, abre la puerta para una conversación y no un contraataque.

• Entiende que estar en pareja implica ser parejos, mantén una postura flexible

La relación les pertenece y corresponde a cada uno por igual, y el fin de la negociación es justamente que sea “parejo para la pareja”. Hay que aprender a ceder en aquellas cosas que no nos afectan, pero que traen beneficios a la relación, también considerar que no tenemos la verdad absoluta, que existen más opciones y que escuchar a nuestra pareja puede traer muchas más alternativas que solo las que pensamos nosotrxs. 

• No afirmes conocer los pensamientos y sentimientos del otrx

Seguro llegaste a escuchar o aplicar la de “yo sé lo que tú estás pensando”. Déjame decirte algo, no, no eres adivinx y es imposible saber a ciencia cierta qué es lo que siente y piensa la otra persona, solo si le preguntas. Evita que la charla se vuelva una cuestión de quién sabe más acerca del otro, porque acabará mal. Por experiencia propia lo comparto contigo. Es mejor preguntar directamente por qué y evitar externar suposiciones, porque sonarán más a acusación que a pregunta y tu pareja puede poner una barrera de que no le ve caso a darte explicaciones porque tú solitx te respondes.

• Apelar a la empatía

Tratar de ver el mundo desde la perspectiva de nuestra pareja nos ayudará a comprender el porqué del acuerdo al que quiere llegar. Debemos tomar en cuenta que cuando existe la necesidad de llegar a un arreglo, es porque la pareja no está llegando al entendimiento mutuo. Por tanto, será necesario que nos movamos de nuestra postura para captar la esencia del comentario de nuestra pareja.

También sería importante conoce el lenguaje del amor de nuestra pareja para poder comunicar de manera asertiva las emociones. 

• No actuar a la defensiva

Cuando nuestra pareja nos aborda para decirnos que necesita hacer un acuerdo con nosotros, la primera reacción que solemos tener es la de defendernos. Creemos que lo que está buscando es cambiarnos, cuando en realidad lo que busca es que la relación funcione mejor.

• Expresa tus sentimientos

Un factor que muy pocos consideramos y que la verdad me sorprendió bastante, es que solemos centrarnos más en los hechos, de las cosas “cómo deberían ser”, de lo que creemos “que es lo normal”, de lo que esperamos del otro “porque es lógico” (y que no es lo idóneo porque cargamos de expectativas a nuestra pareja y después nos podemos desilusionar). Aquí lo que hace falta es externar lo que sentimos para que nuestra pareja pueda entendernos y comprender la raíz de nuestro interés en la negociación.

• Estar de acuerdo no siempre es necesario

Muchas veces vamos a tener que estar de acuerdo en que estamos en desacuerdo, y eso está bien, siempre y cuando en verdad nos respetemos y ambxs estemos cómodxs con eso.

Recordemos que muchas veces nos enfocamos tanto en lo negativo que olvidamos todo lo bueno que hay en la relación, valernos de eso puede ayudarnos bastante. Escuchar con atención y expresarnos asertivamente puede llevarnos a ver puntos de la misma situación que permanecían ocultos por nuestra postura, y viceversa. Lo que puede llevarnos a su vez a un punto en el que ambxs coincidamos y que puede ser un buen lugar de partida para llegar a un acuerdo.