¡MI MAMÁ ENCONTRÓ MI DILDO Y ESTO PASÓ!
Suele suceder que por mucha confianza que tengamos con nuestras mamás, nunca hemos tenido oportunidad de hablar con ellas de temas sexuales, más allá de las típicas advertencias que nos hicieron cuando éramos adolescentes de ¡usa protección! ¡cuidado no vayas a quedarte embarazada o cuidado con dejar a una chica embarazada! Y es que en una sociedad tan tradicional como la nuestra, aún sigue siendo tabú hablar de sexo y por lo tanto evitamos hablar de ello, sobre todo con nuestras familias.
¿Te imaginas la situación si tu mamá encuentra de pronto tu juguete sexual?
O mejor aún, que además de tu mamá también estuviera presente el fontanero o el fumigador. Puede dar mucha pena, pero también podría ser una buena oportunidad para cambiar la perspectiva de hablar de sexualidad en casa ¿No crees? ¿Y si eres tú quien se encuentra con un juguete de tu mamá? Les queremos contar varios testimonios divertidos y emotivos donde sucedieron estas situaciones con juguetes sexuales, hijas y mamás diferentes edades.
En la mayoría de los casos, si su mamá ya superó los 60 años y tuvo la oportunidad de ver o usar juguetes sexuales, seguramente lo que le viene a la mente es la imagen de un típico juguete con forma fálica muy explícita, bastante grande y en color discreto simulando cualquier tono de piel. Poco o nada sabrá de cómo ha evolucionado la tecnología en este sector, con lo que si se encuentra con por ejemplo un juguete succionador de clítoris no va a tener ni idea de lo que es.
¡Mi mamá me encontró mi dildo y esto pasó!
Esto nos cuenta Mónica de cuarenta y nueve años que tiene a su mamá de casi setenta y cinco viviendo con ella:
Un día perdí mi mouse, mi mama y yo estábamos desesperadas buscándolo por todos lados y no aparecía. Un dia me voy a una comida y se me olvida mi juguetito entre las sábanas, cuando de repente me llega un mensaje de mi mama, sumamente entusiasmada, con una foto donde se veía mi laptop, el cargador y al lado mi juguete, se veía sumamente simpático. Morí de risa pero mi mamá nunca se enteró que era mi juguete favorito.
Un fontanero puede destapar una cañería de un baño, pero ¡ups! en casa de Amanda también guarda algún secretito, esto pasó:
Mi mamá llamó a un fontanero para hacer un arreglo en casa, y de repente nos dijo que se iba a hacer a toda la casa. Yo escondí mi juguete en una canasta debajo del lavabo con toallas limpias encima, imaginense el pánico que me entró cuando supe que iban a entrar en mi baño. Llegué y era demasiado tarde, aún estaba ahí el fontanero, y además de champús, etc… la canastita estaba ahí brillando sin las toallas…. todos lo vieron mi mamá me miró como diciendo ¿Qué te pasa? El fontanero también sonrió, y así quedó la anécdota. No volvimos a hablar del tema.
Claudia de cuarenta y cuatro años, nos cuenta cómo también, por un trabajador que llegó a su casa se enteró de que su hija de veinte usa juguetes:
Fueron a fumigar la casa y tuvieron que desocupar varios muebles y cajones, el chico que estaba fumigando sacó de repente el paquete, no se si se sonrojo mas el o yo. nadie mencionó nada y siguió fumigando. El tema es que platicando con mi hija de su juguete me explico que no tenia nada de malo y que es parte de autoconocerse y ser consciente de su sexualidad, yo lo comencé a ver diferente, hablamos del tema con más apertura y confianza, ¡me tranquiliza que los juguetes no embarazan! En una película vi que si no tu no te antojas a ti misma, pues menos a otros y esto tiene que ver con la parte de usar juguetitos.
A Marietta le pasó al revés:
Yo le encontré a mi mama un juguetito. Yo tendría como 14 o 15 años y andaba de chismosa en sus cajones y me encontré una balita vibradora dosmilera de esas que traen las pilas aparte y están conectadas por un cablezote. Tarde unos segundos en entender lo que era, pero luego luego capte lo que era y lo puse en su lugar y nunca le dije lo había encontrado. Me sentí mal porque invadí su privacidad de alguna manera, pero fue un momento que me marcó mucho, porque entendí que es normal y está bien disfrutar nuestra sexualidad y hacernos cargo, entonces mami gracias por ser un gran ejemplo.
Continuamos hablando de balitas en esta historia, donde Ana nos cuenta como una balita vibradora incentivo por primera vez hablar de sexo con su mama:
En plena pandemia mi mama encontro en mi cuarto una balita vibradora y me pregunto que era, haciendose la loca, porque ¿Como hablar de sexualidad en mi casa? Somos familia católica, misógina, machista, homofóbica, etc, etc, etc, y es un tema tabú. Le dije que era un masajeador de cara, cuando obvio esa cosa me la ponía en el clit…..mi mama no dijo nada, ella se expanto, yo me paniquee, pero con el tiempo pudimos empezar a hablar de todas las maravillas que tiene la sexualidad para nosotros y antes nunca pudimos: Sexo consensuado, los nudes, sobre que la sexualidad se gana, no se pierde, la virginidad no existe, del sexo antes del matrimonio. ¡Cambio la perspectiva de la sexualidad en mi casa!
A Sofia le resultó muy fácil y natural hablar con su mamá de juguetes sexuales, esto nos cuenta:
Entre comillas mi mamá descubrió o me cacho un juguete. Una vez le pedí a una prima un juguete prestado porque lo necesitaba para una obra de teatro, se lo enseñé a mi mama y me dijo a que bien que chido que ya lo tienes, esta cool, mi mama lo vio perfecto. Y es que en mi casa se ve totalmente con naturalidad hablar de sexo, podemos hablar de todo, de juguetes, etc. Y sé que si en algún momento me quisiera comprar alguno, lo podría dejar a la vista sin ningún problema.
Nos encanta que a Luz su mamá le haya regalado su primer juguete, esto nos cuenta:
Mi mamá me ha dado muchas cosas, pero una de las más significativas y divertidas es un succionador de clítoris. Resulta que un amigo suyo vendía sex toys y en la pandemia justo en la mitad del encierro le contactó y le pidió un par. Resultó que uno era para ella y el otro para mí. Este chico llegó a casa a entregarnos el juguete y resulta que es una cosa muy muy maravillosa. A los pocos días mi mamá llegó conmigo y me preguntó, ¿Ya lo probaste? le dije que aun no, y ella me dijo que era una de las cosas más maravillosas que había sentido jamás y que ahora entendía porque no necesitaba a un hombre. Una vez que le preguntaron acerca de qué era eso que había comprado, dijo que era un GPS para mantenernos ubicadas.
Y a tí, ¿tu mamá te ha encontrado tu juguetito?